Son las 5 de la mañana cuando suena el teléfono, mi mujer se levanta asustada y lo coge. Algo malo se presagiaba. Nuestro hijo de 17 años no está en casa. Se cumple el presagio. Nos ha llamado desde la comisaría para decirnos que está detenido y que acudamos en su busca.
A pesar de la naturalidad mostrada por los agentes de policía, nosotros sentimos estar en la antesala de una especie de patio de ejecución. Ahí no pasan nunca cosas buenas. En el fondo estamos muy asustados.
Un agente nos informa de lo ocurrido, nuestro hijo ha sido acusado de intento de violación por una chica mayor que él. No dábamos crédito a lo que estábamos oyendo. La situación era tan nueva para nosotros que no sabíamos cómo actuar, cómo comportarnos. Estábamos perdidos. Necesitábamos ayuda.
Tras algunas llamadas telefónicas consigo que me den el contacto de un abogado especializado en menores. Mantenemos una cita con él, interroga a nuestro hijo y nos cita para la próxima semana.
En la segunda cita, este abogado nos dice que el tema pinta fácil ya que, al parecer, las contradicciones habidas en el testimonio de la acusadora hacen pensar que se trata de una especie de trampa para intentar sacar algo de dinero.
Afortunadamente este capítulo de nuestras vida tiene un final feliz. Todo había sido un especie de broma de muy mal gusto por parte de un chica, seguramente desesperada y perdida, a la que no se le ocurrió otra forma de llenar su existencia que con este macabro guion de telenovela.
Si has llegado leyendo hasta aquí, es porque la historia te ha atrapado y, de esta manera, has podido comprobar el poder que tiene una historia para captar la atención de un lector. Esto no es nuevo, si repasas los últimos anuncios de televisión que hayas visto, podrás comprobar que en la mayoría de ellos nos cuentan pequeñas historias durante 20 segundos. El secreto, es mantener la atención, que tu lector llegue hasta el final de tu pequeña historia. Hasta ese punto en el que se encuentre tu llamada a la acción, el botón de compra, la invitación a suscribirse a tu boletín de noticias…
No olvides esto cuando te enfrentes a escribir un artículo para tu blog. Las historias atrapan.