No sé si a ti te pasa, pero a mí eso de encontrarme en situaciones en las que sé cómo priorizar las tareas que tengo mi lista de pendientes es muy habitual. Por mi experiencia, parar y alejar mi mirada, es decir, permitirme un poco de perspectiva sobre mi carga de trabajo, es una buena forma de reencontrar el camino más correcto para minimizar los efectos nocivos del estrés de estas situaciones.
Hay quien dice que debemos priorizar lo importante sobre aquello que no lo es y que debemos priorizar aquellas tareas que tienen un impacto positivo sobre los objetivos que nos hemos planteado para nuestro negocio. Se nos propone no priorizar una tarea por el simple hecho de ser fácil de ejecutar. Quizás sea cierto, pero no es menos cierto que nuestro cerebro -o al menos el mío- necesita alguna alegría de vez en cuando y acabar un trabajo, aunque sea sencillito y no tenga un impacto determinante sobre mis objetivos, también es gratificante.
Hace poco un colega me comentaba que cuando estaba muy estresado con su trabajo, para y se dedica a realizar tareas de contabilidad y lo hace para relajarse, es su manera de descansar trabajando. Esto me recuerda lo que hacen los ciclistas cuando están corriendo las grandes vueltas, en las jornadas de descanso los equipos aprovechan para hacer 80 o 100 km en a un ritmo relajado.
De cualquier forma, si estás interesado en algún truco o recomendación para «torear» esos momentos de agobio, te recomiendo leer el artículo de Trello Cómo priorizar tareas en el trabajo cuando todo parece igual de importante (trello.com).