El tiempo libre no existe si no se crea

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Sí, lo que oyes, el tiempo libre no existe especialmente si tienes cómo hábito decidir lo que hacer según vayan produciendo acontecimientos en tu trabajo de una forma totalmente improvisada y cargada de imprevistos.

Por cierto, cuando algo es previsible no debemos catalogarlo como imprevisto.  ¡No te engañes a ti mismo!

Es muy común oír a emprendedores hablar de lo que harán en cuanto tengan un poco de tiempo libre. También es curioso cómo nos engañamos a nosotros mismos y seguimos creyendo que dichos ratos de tiempo libre surgirán de la nada y de forma espontánea.

Pues bien, para tu información estos ratos no llegan nunca y eso se debe a que no existen.  Dejar algo para cuando tengas un hueco, es una forma más de procrastinar. Quizás la más común de todas las procrastinaciones que conozco.

Si consideras que algo es realmente importante, lo que debes hacer es agendarlo, esto es crear el tiempo libre. Continuamente compruebo, en mis propias carnes, que lo que no está en la agenda es vagar por el universo de la dispersión y, por tanto, nos aleja del camino de nuestros objetivos. Lo que no está en la agenda «no debería hacerse». Lo que no forma parte de un plan, es caos e improvisación. 

Si planificas -y agendas- tú eres el que gestiona, si no planificas -ni agendas- los acontecimientos serán los que te gestionen a ti guiando tu camino y finalmente tu destino.

¿Te imaginas salir a la calle y decidir en cada cruce qué ruta tomar?  ¿Cuál sería tu destino?

Una prueba de que somos más eficientes gestionando el espacio que el tiempo, es el hecho de que, por lo general, planificamos -aunque sea mentalmente- la ruta que vamos a seguir con anterioridad a nuestra partida. En cambio, cuando se trata de nuestra agenda, en muchas ocasiones, dejamos que el azar nos guíe.

Un emprendedor eficiente es el que sabe encontrar «siempre» un hueco en la agenda para dedicarle a las tareas que nos ayudan a perpetuar el negocio. Para ello, es vital aprender a discriminar correctamente lo urgente de lo importante e incluso de aquellas tareas que ni siquiera deberíamos hacer.

No lo olvides, el tiempo libre no existe si no se crea

Cómo ser tú el gestor y no el gestionado

Creo que es una buena práctica seguir este método para organizar tu día a día:

  • Haz una lista de las tareas que tengas que ejecutar.
  • Agrupa las tareas de acuerdo a su importancia y urgencia.
  • Desecha las tareas que no son importantes para tu negocio, no pierdas ni un minuto con ellas.
  • Agenda las tareas de acuerdo a sus características y a tus criterios (horario, duración, importancia…)
  • Comienza a trabajar según el orden que le corresponda en tu agenda.
  • No empieces una tarea hasta que no hayas finalizado la anterior. 
  • Cuando surja una nueva tarea, no la ejecutes, anótala en tu lista y cuando hayas terminado lo que estés haciendo, decide en qué lugar debes colocarla.
  • Para la ejecución de cada una de las tareas, elimina todas las fuentes de distracción posibles (correo electrónico, whatsapp, teléfono, redes sociales, televisión…). Concéntrate en lo que estás haciendo.
  • Enfóquete en lo que estás terminando y no en lo que te queda por empezar. Esto aliviará la presión que normalmente ejercemos sobre nosotros mismos.
  • Recompénsate a ti mismo con cada tarea finalizada. Un piropo es suficiente premio.
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