Quizás creas que no hay similitudes entre una bicicleta y una web pero si continúas leyendo quizás te convenza de lo contrario.
Una bicicleta te puede servir para pasear, mantenerte en forma, competir, pero también es muy común tenerla en casa acumulando polvo mientras tus músculos se van deteriorando por falta de ejercicio -te aseguro que soy toda una autoridad en esto último-.
Una web puede servir como canal de comunicación de tu negocio hacia potenciales compradores o clientes que ya han consumido tus productos y servicios, además de como escaparate con nuevas propuestas, para resolver sus dudas y en última instancia ofrecer un canal de contacto directo contigo.
Una bicicleta es imprescindible para competir en el mundo del ciclismo, pero no es suficiente con tener una buena bici, además es necesario contar con una estrategia y un entrenamiento continuo para aspirar a un pódium.
En el mundo de la comunicación en los negocios, tener un sitio web es imprescindible, pero no es suficiente y deberás implementar una estrategia que contemple un plan de comunicación que te ayude a llegar al público deseado.
Así que ya sabes, si tienes una bicicleta y no la estás usando, desempólvala y ponte a dar pedales y si lo que tienes es una web acumulando polvo, desempólvala y utilízala para lo que realmente sirve: comunicar con tu público objetivo.