En poco más de un mes nos encontraremos de lleno con una nueva Navidad. Algunos, al recibir nuestras primera felicitaciones, nos diremos: ¡Caramba, tengo que felicitar a mis clientes, colaboradores, compañeros, amigos y familiares! En muchos casos, las ocupaciones del día a día provocarán que finalmente redactemos un email, más o menos rápido, quizás copiando uno de esos que hemos recibido y, con ello, habremos perdido una buena oportunidad de «acariciar» a nuestros clientes o usuarios. Esos a los que debemos nuestros ingresos, la continuidad de nuestros negocios, nuestra reputación y un largo etcétera de factores que, en el fondo, le dan sentido a nuestras vidas.
No olvides que tu estrategia digital debe incorporar herramientas que te permitan, no solo dar a conocer tus servicios y productos, sino también proporcionar valor a tus clientes o consumidores.
Las nuevas tecnologías ponen a tu disposición gran variedad de herramientas para establecer canales de comunicación con ellos y no debes desaprovechar ninguna ocasión que se preste para comunicarte y acariciar a tus clientes.
No olvides lo que esperan de ti, quizás no tengan nada que ver con la grandilocuencia de tus palabras ni con frases hechas y devaluadas. Esperan cercanía, sinceridad, honestidad y sobre todo naturalidad. Muéstrate como eres, como ellos esperan. Si consigues arrancar una sonrisa o simplemente que sus relojes se paren durante un par de segundos habrás tenido éxito.
Aún estamos a tiempo de gestar un buen mensaje de Navidad. No desaprovechemos la ocasión.