La verdad es que responder a pregunta no debe ser nada fácil. Ni tampoco tengo muy claro que replicar lo que creamos que les ha llevado al éxito sea el mejor camino. Quizás ni siquiera sea un buen camino.
En este post no voy a desgranar la historia y milagros de ningún gurú de esos que nos venden como magos del éxito. Me voy a limitar a plantear un aspecto que me parece fundamental para simplificar nuestro particular «camino hacia la gloria». ¿Cómo organizas tu tiempo?
Como no podría ser de otra manera, voy a plantearte lo que a mi me funciona. Quizás contigo no sea así, pero si consideras que tienes problemas con la organización de tu tiempo te propongo que experimentes con este procedimiento muy sencillito de implementar.
#1: Haz una lista
Parece una «perogrullada» pero visualizar qué cosas son las que pretendes hacer hoy, esta semana o este mes te ayudará enormemente a no perder de vista tu objetivo a corto plazo. Lo de mantener a la vista las tareas de un día una semana o un mes, dependerá mucho de tipo de actividad y de lo complejas que puedan ser tus tareas. De cualquier forma, si empiezas planificando un mes, al finalizar cada semana determina las tareas que vas a realizar la semana siguiente y la víspera de cada día planifica las tareas de dicho día.
#2: Asigna prioridades a los ítem de tu lista
Seguramente que en tu lista habrá cosas más importantes que otras. A veces no resulta fácil determinar el orden de prioridad pero te propongo un pequeño truco que, en general, a mi me funciona. Pregúntate ¿Si únicamente pudieras hacer una sola cosa de tu lista, cuál sería? Ahora coloca esa tarea en primer lugar y luego hazte la misma pregunta con el resto de ítem de la lista. Al final habrás ordenado tus trabajos para el periodo de una forma racional.
Pero qué pasa cuando dos tareas tienen tanta importancia para mí que no sé por cual decantarme. En ese caso habrá que introducir algún factor de decisión más. Te propongo que te hagas la pregunta ¿Con qué tarea gano o pierdo más dinero? ¿Cómo repercute en mí hacer una tarea o dejar de hacerla?. Hazte la(s) pregunta(s) que necesites para determinar el orden de prioridad de tus tareas.
#3: Trabaja en bloques
Algo que suele pasar desapercibido es el tiempo necesario para llegar a un punto óptimo de concentración cuando estamos desarrollando una actividad. Al principio solemos estar «algo espesos» luego, a medida que van pasando los minutos vamos siendo más eficientes y transcurrido un cierto tiempo de nuevo volvemos a recaer. Pero si abandonamos una tarea, retormarla más tarde nos hace pasar de nuevo por el proceso de «espesura cerebral»
Cuando introducimos tareas del mismo tipo en nuestra lista, aunque las prioridades sean distintas, conviene que las agrupemos un un mismo bloque, de esta forma seremos más eficientes a la hora de ejecutarlas y, en definitiva, invertiremos menos tiempo en ejecutarla.
#4: Completa al 100% cada tarea antes de continuar con tu lista.
Ya he adelantado en el punto anterior lo importante que es no interrumpir una tarea a medias. Retomarla de nuevo nos hace pasar por la fase de «atontamiento» inicial. Por otro lado, a lo largo del día nos viene bien ir alcanzando metas. Esto supone como pequeñas píldoras estimulantes para nuestra autoestima que nos ayudarán a continuar adelante con nuestro trabajo y lo harán más ameno.
#5: Alerta con los ladrones de tiempo
Sin duda una de las cosas que nos hace más ineficientes es la pérdida de tiempo por interrupciones no deseadas. En unas ocasiones se trata de ese compañero de trabajo «plasta» que viene siempre a contarnos alguna batallita del fin de semana, o esa llamada de teléfono, o ese whatsapp que no podemos dejar de leer, o ese paseo por facebook o tuiter para ver que está pasando…
Además las interrupciones nos hacen pasar una y otra vez por el estado de «atontamiento» inicial de toda tarea, por lo que sumando los tiempos de interrupción a las pérdidas de eficiencia de los continuos arranques de tarea los efectos sobre nuestro rendimiento pueden ser verdaderamente desalentadores.
En este sentido te puedo decir que, en mi caso, he probado a tener desactivadas todas las notificaciones de redes sociales, whatsapp y correo electrónico, así como no trabajar con televisión o radio encendidas y el aumento de mi productividad ha sido espectacular. Te invito a que tú también lo pruebes.
Bueno, espero que estos consejos te sean realmente útiles y, si se te ocurren más, estaré encantado de ir completando este post con tus aportaciones.