Hace algo más de un mes recibí un correo que empezaba así:
«Hola Juan,
Muy buenos días, sé que estamos en Agosto y que es muy mala fecha para esto pero se trata de un descuento del XX% que no puedes dejar pasar (y que no se volverá a repetir).
El curso está valorado en XXX€ y ahora te saldrá por sólo XXX€.
Como siempre, tendrás soporte indefinido así que no esperes a necesitarlo y aprende ahora a realizar…»
Como puedes ver, en el texto me cuenta que me voy a ahorrar un dinero importante si me inscribo en ese curso. Lo verdaderamente llamativo de esta propuesta es que me ofrece un «soporte indefinido«, es decir, que quizás sea soporte o quizás no, que igual tiene un alcance muy grande o simplemente no tiene alcance.
Quiero pensar que lo que me están proponiendo es un soporte ilimitado o por tiempo ilimitado, pero la palabra «indefinido» por alguna razón es la que ha salido de esas pulsaciones de teclado con su «libre albedrío».
Así que, cuando escribas, no olvides que eres dueño de tu silencio y esclavo de tus palabras. Cuando te hagan la típica pregunta de: ¿Qué libro te llevarías a una isla desierta? Piensa que quizás la mejor opción sería la de un buen diccionario.
