Para determinar qué tipo de contenido debemos compartir en Facebook, debemos pensar que esta red social es un foro ideado y optimizado para establecer relaciones sociales entre personas. Es una especie de «feria» a la que las personas asisten para relacionarse con sus amigos, de la misma forma a como lo haríamos en cualquier fiesta de nuestro barrio o pueblo.
A una fiesta vamos y, entre sorbo y sorbo de nuestra copa, hablamos, recordamos lo que hicimos en el pasado, contamos cómo nos ha ido en el último viaje, qué tal han salido los últimos exámenes, cómo nos va en el trabajo… En fin, compartimos nuestras experiencias y vivencias.
El comportamiento de la mayoría de las personas que tienen un perfil en Facebook, salvando las distancias, es similar. Es por ello que quizás nos ayudaría, visualizar esta red social como una especie de lugar de encuentro entre amigos, eso nos permitirá determinar de qué debemos hablar y cómo debemos comportarnos, o dicho de otra manera, qué contenidos debemos subir para no estorbar o, en el peor de los casos, caer mal.
Si asistimos a una fiesta, únicamente por aquello de que debemos estar ahí, pero sin ganas ni mostrar interés en lo que los demás hacen y dicen, lo más probable es que se nos note nuestro «fuera de onda» y nuestra presencia desentone en el entorno y nos veremos apartados y arrinconados por el resto.
De la misma forma si tenemos una fanpage de Facebook solo porque la tiene todo el mundo y hemos oído cientos de veces que hay que estar ahí, pero no pongamos ningún tipo de interés en lo que se cuece dentro de esta red, de lo que hablan nuestros amigos o seguidores, lo más probable es que, al final, el propio ecosistema nos aparte.
Si por el contrario somos de los que disfruta oyendo a los demás y hace disfrutar hablando en las fiestas, la diversión estará garantizada. La gente, de forma natural, se acercará a nosotros, eso permitirá que podamos disfrutar más de lo que dicen esas otras personas y podremos hacer disfrutar a otros de lo que hablamos. Nuestra capacidad de hacer nuevas relaciones aumentará exponencialmente. Si contamos chistes graciosos, la gente los replicará una y otra vez… se harán virales.
Si no nos gustan las fiestas quizás una solución para tener presencia en ellas, sería la de enviar a alguien en nuestro lugar. Alguien divertido y que sepa escuchar.
En Facebook, si somos capaces de crear relaciones -escuchar a los demás y hablar con los demás- es decir, contenido de valor que la gente esté dispuesta, de forma natural, a interactuar con él, el éxito a medio/largo plazo está garantizado.
Si no nos apetece estar ahí, si no nos consideramos capaces de aportar valor permanentemente, quizás nuestra opción sea la de enviar a un emisario. Esta es la labor de una Community Manager o gestor de comunidades.
Otra opción igualmente válida -y no excluyente- es la utilización de Facebook Ads, es decir, publicidad de pago.
La opción de Facebook Ads es la que nos proporciona resultados muy rápido -casi de inmediato-, pero tiene como inconveniente de ser efímera y cuando dejamos de pagar, los resultados desaparecen. Por el contrario la opción Inbound Marketing o marketing de atracción, mediante contenido de valor, requiere un mayor plazo de tiempo para dar frutos, pero como contrapartida, es la más duradera.
En conclusión, si tus campañas en Facebook consisten en subir una foto un producto o servicio de vez en cuando, es muy probable que estés perdiendo el tiempo y debieras replantearte tu estrategia en redes sociales.
Por cierto no olvides que el correo electrónico sigue siendo uno de los vínculos más potentes en tu relación con los clientes y por tanto, el Email Marketing podría ser una de las estrategias más eficaces en el marketing de tu negocio.
¿No te ha parecido que todo lo dicho tiene mucho sentido?