Grupos de tareas
Todas las tareas que desarrolla un emprendedor -y en general cualquier empresa- deben caber dentro de uno de los siguientes grupos:
- Tareas para subsistir: tareas que nos permiten seguir vivos.
- Tareas para perpeturar: tareas que nos proporcionarán vida en el futuro.
Un patrón que se cumple con cierta frecuencia -yo diría que con demasiada frecuencia- es que los emprendedores nos centramos muchísimo en las tareas de subsistencia, aquellas que nos dan de comer «hoy», mientras que nos cuesta mucho sacar tiempo para la perpetuidad del negocio.
Un ejemplo que me encanta poner cuando hablo de esto es el del agricultor. Su vida, gira en torno a un ciclo que consiste en plantar semillas hoy para, en un futuro más o menos cercano, poder recoger el fruto. El agricultor puede vender o alimentarse de la cosecha únicamente si ha recogido el fruto y esto solo ocurrirá si ha ejecutado la siembra en su momento. Si observas, la siembra no reporta un beneficio de inmediato, no podemos vender la siembra. En el futuro venderemos lo que recojamos como consecuencia directa de dicha siembra.
Si no hay siembra no hay fruto que recoger y la hambruna está garantizada.
¿Qué es más importante, sembrar o recoger? Obviamente esta pregunta tiene una respuesta muy clara: ambas cosas son de vital importancia.
En el mundo del emprendimiento, recoger el fruto sería el equivalente a atender los proyectos que tenemos en marcha, es producir lo que los clientes nos han pedido, cumplir con nuestros compromisos, en definitiva es todo aquello que está relacionado con la venta, producción y postventa.
Por el contrario, todas aquellas acciones que están relacionadas con las estrategias para expandir nuestra marca, modificar nuestros procesos y adaptarlos a nuevas tendencias, crear campañas de marketing de atracción -o dicho en plan fashion «inbound marketing«-, abrir nuevos mercados, etcétera, son actividades que están encaminadas a perpetuar el futuro la vida de nuestra empresa, negocio o proyecto.
Parece que todos los expertos en materia empresarial están de acuerdo en que si no se crece se decrece o se muere y que las situaciones de equilibrio o no existen o existen durante periodos de tiempo muy cortos. Por tanto, es una «obligación» del emprendedor tomar acciones que propicien el crecimiento de su negocio.
En definitiva, parece evidente que es tan importante «comer hoy» como sembrar para poder «comer mañana» o lo que es igual, es tan importante realizar las tareas de subsistencia de la empresa (las que nos dan facturación inmediata) como las tareas de supervivencia, que serán las que nos garantizarán la facturación en el futuro.
Fuera del contexto de la agricultura tradicional, las tareas de subsistencia son verdaderas depredadoras de las tareas de perpetuación. Es muy común oír a los emprendedores decir que el día a día les come. Las empresas de servicio son muy propensas a que la subsistencia fagocite a la supervivencia en el futuro y, quizás, este sea uno de los problemas por los que la muchos de los negocios que se inician no llegan a cumplir un año y muy pocos llegan a sobrepasar los 5 años.