Redactar los textos de un boletín periódico, como este, no es tarea fácil, especialmente cuando no tienes una estrategia clara o un propósito para ello. En mi caso, por ejemplo, pretendo que mi nombre o marca personal se incorpore en tu lista de recursos útiles y, si en algún momento necesitas crear o cambiar una página web, al menos formar parte de las opciones que barajes para colaborar con tu proyecto.
Existen especialistas en la creación de contenidos capaces de preparar textos que con el objetivo de persuadir a los lectores para que tomen alguna acción sobre la que tú tengas algún interés: comprarte algún producto o servicio, suscribirte a algún boletín, participar en algún evento, etc.
Estas técnicas son las que agrupan en la especialidad del «copywriter» de ahí que a los textos de un correo, web o post para redes sociales, se les denomine de forma abreviada «el copy».
Si te interesa este tema, te sugiero que leas este artículo del blog de MailRelay titulado «Copywriting: 4 elementos clave [y ejemplos]» en el que te explica cómo enfocar «el copy» de las distintas partes de un correo: asunto, cuerpo, CTA -llamada a la acción- y posdata.